LIBUN

Por su formación filosófica, su talante poético y la diversidad de su experiencia profesional, Eduardo Lores es un observador privilegiado de los grandes temas y las pequeña miserias de nuestra vida pública. Ahora que nos aprestamos a inaugurar un nuevo lustro del calendario político, Lores nos sorprende con apuntes, lecturas y meditaciones aparecidas en El Comercio entre 2009 y 2013
El autor ha vivido, viajado y reflexionado lo suficiente para saber que lo público impregna y condiciona nuestra vida privada, de la misma manera que lo más íntimo (nacer, amar, soñar y morir) puede ser también lo más universal. Para eso existe el arte: para resistir a la fugacidad del tiempo, que amenaza con volver a la nada lo vivido y privar a todo de valor y permanencia. Por eso, la antología de sus artículos comienza con Incursiones en el territorio del arte, lo que equivale a explorar las imágenes en que nos reconocemos y proyectamos, antes de recorrer los espacios creados por la geografía, la historia y las poblaciones.
Lores no da respuestas. Pero sus pareceres nutrirán las nuestras.